Allí sentada en la barra, con la mirada fija en su vaso medio vacío, como si en él esperara encontrar una respuesta, se encontraba esa mujer de aspecto cansado, excesivamente delgada , con una melena larga y negra, un vestido demasiado ceñido para su edad y con un amplio escote que vislumbraba un pequeño tatuaje de un delfín.
Él se acercó, estaba seguro que era ella. Esa figura no era fácil de olvidar. Y cuando ella le miró de soslayo y le sonrío tristemente.. lo supo. Sí, era ella, había tenido ocasión de conocerla en un simposium hacía años y luego habían coincido bastantes veces. Aunque la última vez que la había visto llevaba el pelo rubio e irradiaba energía, y vitalidad contagiosas. Aún no sabe cómo les había arrastrado a él y el resto de conferenciantes a un baile donde pasaron la noche entre risas y copas.
- Julia me ha costado reconocerte, haces mala cara y ese cambio de color...
- No te gusta?- preguntó ella con desdén
- Sí ,te queda muy bien, como siempre, creo que ya has pasado por toda la gama cromática. Pero dime que te ocurre, nunca te había visto tan apagada.
-oh, Marcos! Es que llevo toda la semana sin dormir! Perdieron la bolsa con mi almohada en el aeropuerto. Una desgracia! - dijo con gran desesperación como si la vida le fuera en ello.
- jajajajaja!! tú y tu almohada!! Me habías asustado pensé que era algo grave!
Ella clavo los ojos con gran furia en él hasta hacerle estremecer.
-¿Como puedes vanalizar algo de vital importancia? Si no descanso no puedo hacer bien mi trabajo. ¿Como voy a convencer a todos esos políticos inútiles ? No podemos demorar más el traslado, los animales están enfermando!
- Por eso mismo he venido- dije mirándola fijamente y esbozando una amplia sonrisa. - Acaba de llegar tu maleta.
Antes de darme cuenta, ella ya había desaparecido escaleras arriba dirigiéndose a recepción, en busca de su más preciado tesoro. Su almohada!
Al día siguiente, en la conferencia, estaba radiante. Su extrema delgadez se desvanecía ante la fuerza y vitalidad que emanaba. Habló con contundencia, sin posibilidad de replica. Consiguió su propósito, los terrenos serían cedidos y en un par de meses empezarían las obras.
Una vez finalizadas las actividades protocolarias y disponiendo por fin de su tiempo libre, tenía claro lo que debía hacer. Pedir hora a su peluquero, ya no había motivo para ir de negro!!
-Julia,¿ otro cambio de color?- dijo su peluquero por el auricular del teléfono- ¿que va a ser esta vez rojo? - dijo irónicamente.
- Rojo, es perfecto! Ese es el que necesito! Hasta el martes entonces- dijo y colgó el teléfono con una gran sonrisa.
La gente de recepción la miraba con curiosidad, ¿ quién era esa mujer de extremada delgadez, subida a altos tacones ,con una maleta en una mano y una almohada en la otra?