Me despierto, esta oscuro, algo
desorientada me medio incorporo en la cama. Después de dos días
en el infierno parece que el tambor ha dejado de martillear mi
cabeza, también han desaparecido los clavos que aguijoneaban mis
oídos, incluso parece que puedo respirar. Asombrada, consciente de
mi consciencia, me levanto de la cama sin dudar. Algo tambaleante
pero segura de mi misma me voy directa al cuarto de baño, necesito
una ducha. Y ahí , frente a mí, la imagen que me devuelve el
espejo no es muy alentadora: nariz de payaso, una pupa en el labio
que la fiebre ha hecho aflorar, la tez pálida y demacrada, ojeras y
pelo lacio.... como personaje de Tim Burton tendría posibilidades. Pero una ducha lo cura todo! me digo a
mi misma totalmente convencida. No hay ganas de seguir sucumbiendo.
Después de la regeneradora ducha (todo
el mundo sabe que el agua y jabón cura los virus y lo mata tó) y el
cambio de pijama, me siento eufórica, sin esa telaraña que me ha
envuelto estos últimos días, renovada, lista para conquistar el
mundo. El sol entra por la cristalera del comedor, el día me
acompaña, los gatos me saludan con sus conteneos y ronroneos, y me
vengo arriba: Bye Bye gripe!
Me pongo el termómetro convencida de
mi victoria.
Zas!... ahí estan esas
diabólicas décimas que no quieren bajar.Quizás conquistar el mundo es demasiado, de momento creo conquistaré el sofá. Las fuerzas me flaquean, un sutil e incipiente dolor
de cabeza amenaza en el horizonte, y me doy cuenta que el pañuelo vuelve a
estar listo para tirar. Uff..! La impotencia y desazón me invade...
Maldita gripe! Como se agarra a mi con su amor enfermizo.
Resignada pienso que por lo menos, ya
que he conseguido salir de la cárcel de la cama, me merezco un café.
Cafeeee!! Hace dos días que no tomo mi brebaje...
Ese sabor amargo me reconforta, y
aunque debilucha, noto que las fuerzas están ahí luchando para
conquistar su territorio invadido... como el ave fénix resurgiendo
de sus cenizas decido que quiero encontrarme bien, dispuesta a
combatir los malévolos virus de la gripe: kleenex, paracetamol y
sopa de cebolla.
La batalla continua!