jueves, 19 de febrero de 2015

Historias de la gripe: La batalla continua.

Me despierto, esta oscuro, algo desorientada me medio incorporo en la cama. Después de dos días en el infierno parece que el tambor ha dejado de martillear mi cabeza, también han desaparecido los clavos que aguijoneaban mis oídos, incluso parece que puedo respirar. Asombrada, consciente de mi consciencia, me levanto de la cama sin dudar. Algo tambaleante pero segura de mi misma me voy directa al cuarto de baño, necesito una ducha. Y ahí , frente a mí, la imagen que me devuelve el espejo no es muy alentadora: nariz de payaso, una pupa en el labio que la fiebre ha hecho aflorar, la tez pálida y demacrada, ojeras y pelo lacio.... como personaje de Tim Burton tendría posibilidades. Pero una ducha lo cura todo! me digo a mi misma totalmente convencida. No hay ganas de seguir sucumbiendo.
 
Después de la regeneradora ducha (todo el mundo sabe que el agua y jabón cura los virus y lo mata tó) y el cambio de pijama, me siento eufórica, sin esa telaraña que me ha envuelto estos últimos días, renovada, lista para conquistar el mundo. El sol entra por la cristalera del comedor, el día me acompaña, los gatos me saludan con sus conteneos y ronroneos, y me vengo arriba: Bye Bye gripe!
Me pongo el termómetro convencida de mi victoria.
 
Zas!... ahí estan esas diabólicas décimas que no quieren bajar.Quizás conquistar el mundo es demasiado, de momento creo conquistaré el sofá. Las fuerzas me flaquean, un sutil e incipiente dolor de cabeza amenaza en el horizonte, y me doy cuenta que el pañuelo vuelve a estar listo para tirar. Uff..! La impotencia y desazón me invade... Maldita gripe! Como se agarra a mi con su amor enfermizo.
 
Resignada pienso que por lo menos, ya que he conseguido salir de la cárcel de la cama, me merezco un café. Cafeeee!! Hace dos días que no tomo mi brebaje...
Ese sabor amargo me reconforta, y aunque debilucha, noto que las fuerzas están ahí luchando para conquistar su territorio invadido... como el ave fénix resurgiendo de sus cenizas decido que quiero encontrarme bien, dispuesta a combatir los malévolos virus de la gripe: kleenex, paracetamol y sopa de cebolla.

La batalla continua!

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