martes, 11 de febrero de 2020

Otros diez



Aquí estoy. Esos diez años que parecían tan lejanos ya han pasado. Releer la incertidumbre de entonces, las ilusiones, las expectativas y darte cuenta de que no ha cambiado mucho. Las mismas sensaciones aunque por otros motivos.  Los sueños no cumplidos, las decepciones acumuladas, las risas perdidas… La inercia de la vida nos desgasta. Pero sigo aferrada a la ilusión del mañana.  Eso no ha cambiado. Poniendo las expectativas en el futuro. La paz está a la vuelta de la esquina (siempre).

Sí ha cambiado la seguridad de entonces. La prepotencia y pedantería de la juventud han dejado paso a cierta inseguridad. Los temores acechan. A veces ganan.  Voy buscando el interruptor de la luz.  Sé que está.

El estrés no ayuda. Lleva a mi cuerpo y mi mente al límite.   Los fantasmas del pasado con sus vicios han vuelto. Quizás siempre estuvieron acechantes.  Los pantalones vuelven a irme grandes.  La mente se desconcentra. No le aguanto la mirada al reflejo del espejo. Ambas lo sabemos pero hoy (una vez más) no quiero discutir con ella (conmigo).  

Dándole al acelerador mientras mantengo el freno de mano puesto. Intentando hacerle trampas a la vida.  Eludir esta mala mano echando un farol y ganar la partida. Pero he ahí el dilema: ¿Que será el ganar?

Pronto el tiempo me engullirá y toda esta desazón serán recuerdos del pasado.  Solo son diez años.  Y entonces no reconoceré que esta fuese yo.
(porque no lo soy)





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