Te levantas un día, y te preguntas dónde has estado estos últimos diez años. Han pasado tan deprisa.... Los recuerdos parecen un vago sueño.
Apenas fue antes de ayer, que unas crías que no temían nada se comían el mundo, el cole, las amigas, la sele... Y hoy la universidad parece tan lejana... la biblio, los erasmus, las timbas, las fiestas... El trabajo empieza hacerse monótono y te encuentras decorando tu propio piso... Aún recuerdo aquello de: yo tendré mi gato, mi coche y mi casa!! Pues bien, ya lo tengo. Incluso un marido que me parecía impensable!
Las fiestas, el alcohol, los chicos, las risas, la insensatez. Estábamos locas! Me miro a mi misma y no reconozco aquella chiquilla. Me parece increíble que dijera aquello o hiciera lo otro. Que "sinvergüenzas" que éramos! La miro con cariño y nostalgia pero no la envidio.
El tiempo ha pasado tan rápido que asusta. Hoy el espejo da un reflejo muy distinto. No es tan delgada como quisiera, ya hay cremitas en su estante, y tiene una lista interminable de defectos. Es más serena, más sensata, más tranquila.... o eso se espera de ella. La verdad es que esa niña alocada sigue ahí, a veces se vislumbra levemente . Peleona, indomable, egoísta, alocada y de genio fuerte. Sigue ahí batallando. Supongo que un día encontraran la forma de convivir. No se puede ser niña siempre pero no hay que hacerse vieja pronto.
De aquí a diez años, cuando me levante un día como hoy con nostalgia y me mire, espero poder recordarme exactamente igual. Una niña alocada que quería comerse el mundo, pero que aún le quedaba mucho camino. Y que igual que hoy siga sin darme envidia porque la experiencia es un bien preciado y el futuro siempre es esperanzador.
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