viernes, 9 de marzo de 2012

Marzo

Salgo de casa, y tropiezo con un grupo de adolescentes giris. Van con bermudas y camisetas de manga corta, colores fuertes y grandes risas.  Me siento ridícula aferrada a mi abrigo y con la bufanda enroscada en mi cuello. Es un bonito día de marzo, brilla el sol con fuerza, y el azul del cielo es intenso.  Con cierta turbación me dirijo a la parada del bus. 

No obstante,  a los pocos segundos de estar allí plantada a la espera, me percato que el aire es gélido. Y eso que es pleno mediodía!  Me acurruco dentro mi abrigo negro, y acaricio gratamente mi bufanda con una sútil sonrisa de staisfacción. El  resto de personas que se encuentran en la parada, también notan el frio, se frotan las manos, y se acomodan sus abrigos y chaquetas. 

 Ahora los ridículos deben ser los giris con sus looks veraniegos,  sus risas  altivas y su imprudente juventud.

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